Estamos en primavera y es un momento perfecto para plantar semillas con los niños y poder observar juntos el ciclo de vida de una planta. Es una actividad muy sencilla de llevar a cabo pero muy curiosa y educativa.
¿Cómo hacerlo?
Con un vaso transparente, un poco de algodón o papel absorbente y unas semillas vamos a poder observar en directo cómo una semilla germina, se transforma en plántula y finalmente se convierte en planta.
1. Semilla
En un recipiente transparente colocamos papel absorbente o algodón húmedo y situamos las semillas apoyadas sobre la pared. Así cuando crezcan podremos ver bien el proceso. Recordad que debemos mantener siempre el papel o algodón con suficiente humedad.
2. Germinación
A los pocos días podremos observar cómo empieza la germinación cuando aparece la primera radícula.
Muy pronto esta primera radícula que aparece de forma tímida se hará mucho más fuerte y gruesa, tomando más aspecto de raíz con sus raíces secundarias y pelos absorbentes. A su vez el episperma (capa blanquecina que recubre la semilla) se rasga dejando ver el cotiledón.
3. Plántula
En estos momentos tenemos nuestra plántula con los cotiledones abiertos dejando paso a la plúmula, que formará las primeras hojas.
4. Planta
Los cotiledones ya han caído y nuestra planta crece cada vez más.Es hora de pasarla a la tierra para que pueda seguir creciendo.
Para que entiendan mejor el proceso podemos usar juguetes didácticos como los de safari LTD, junto con los imprimibles que podéis encontrar en su página: Mummucho Kids (de donde se extrae la información de esta entrada).
Con las miniaturas podemos jugar a ordenarlas y a nombrar cada una de sus fases. También podemos completar la explicación sobre el ciclo de vida usando los puzles de madera del proceso de la semilla específicos del método Montessori.
Se puede adaptar la actividad a la edad del menor: que ordenen solo las imágenes, los nombres, las definiciones...
Para una mayor durabilidad plastificamos el recuadro y ponemos puntos de velcro para poder pegar las tarjetas y los nombres.
Para que sea un material autocorrectivo imprimimos el mismo recuadro con la solución para que el niño pueda comprobar si lo ha hecho bien por sí solo.